viernes, 24 de octubre de 2014

La Hermandad entre Rafaela y Carcabuey ratificada en el Concejo

En sesión extraordinaria, el órgano legislativo local ratificó con una Ordenanza la intensificación de los lazos de cooperación entre ambas localidades.


El jueves a las 11:30, en el recinto del Concejo Municipal, tuvo lugar la sesión extraordinaria en la que se aprobó la Ordenanza que intensifica "los esfuerzos de cooperación" entre Rafaela y Carcabuey, "mediante la realización de proyectos que promuevan la participación conjunta de sus ciudadanos en los ámbitos cultural, educativo, científico tecnológico, deportivo, comercial, financiero y de gestión municipal", según especifica el texto reglamentario.

Asimismo, se determina "propender, fomentar y acrecentar la más amplia participación de los sectores comunitarios involucrados", dándose prioridad "al intercambio de jóvenes estudiantes y/o deportistas".

Participaron del encuentro el intendente Luis Castellano y gran parte de su Gabinete de gobierno, los integrantes del cuerpo legislativo y el alcalde de Carcabuey, Antonio Osuna Ropero, acompañado por toda la comitiva de carcabulenses.

También estuvieron presentes miembros de la Comisión de Descendientes de Carcabuey, encabezada por su presidente, Jorge Muriel, entre numeroso público.

El intendente, al dirigirse a los presentes, manifestó: "formamos parte de un mundo en el que no siempre abunda la concordia ni el respeto. Pero nosotros, a través de este abrazo entre pueblos, seguimos marcando una diferencia, y decimos con orgullo que este es nuestro modo de hacer las cosas. Y de esta manera, el diálogo y el consenso están en cada obra que hacemos para la ciudad".

"La historia de nuestra comunidad estuvo signada desde el origen por ese "anhelo de paz y de hogar", como dicen los versos de Mario Vecchioli, cuando habla del trabajo como unión entre la tierra, el hombre y su afán", prosiguió.

"Son valores que debemos seguir cultivando a través de todas y cada una de nuestras acciones, para darles continuidad y significado renovado en cada una de las actividades de nuestras vidas, porque son la marca que nos identifica. Así lo hicieron quienes nos precedieron: desde realidades diversas construyeron este nuevo mundo: uniendo y sumando; y así debemos continuar", afirmó.

Luego, refiriéndose a la epopeya de los inmigrantes, manifestó: "quienes dejaron atrás, hace ya tantos años, la patria que los vio nacer, los paisajes de la niñez, la familia, los sentidos cotidianos, las cosas queridas, los sentimientos de cada día, para venir a adaptarse y construir esta nueva realidad, solo pudieron hacerlo revestidos de una fortaleza que hoy nos resulta muy difícil concebir. Solo imaginarla nos hace saltar las lágrimas."

"Quienes decidieron "quemar las naves", porque sabían que no iban a volver, y llegaron aquí a echar raíces en esta nueva tierra que, en muchos casos, ni siquiera sabían bien cómo era, solo pudieron hacerlo apoyados en una fe inconmensurable. La fe de un nuevo nacimiento. Se "lanzaron sin más al futuro" confiando en Dios y en sí mismos, en la Providencia y en los propios brazos, ideas y voluntades que traían consigo. Y esa fe no los traicionó: tuvieron razón en creer. Que hoy estemos aquí celebrando estos 133 años y este encuentro con los hermanos de Carcabuey, es la prueba contundente de que el amor por la familia, por el trabajo y por hacer el bien, dio sus frutos", reflexionó.

"Nosotros debemos ser la continuidad de aquella fe, la "continuidad de la gracia", como dice Lermo Balbi, otro de nuestros escritores. Somos herederos de esa fe y a la vez responsables de transmitirla como legado a los que nos sigan, porque es la fe que nos fortalece como ciudadanos, pero más nos fortalece como seres humanos, como hijos que compartimos una misma casa", puntualizó.