jueves, 27 de febrero de 2014

Atentado al domicilio particular de Néstor Zenklusen

Rafaela

Dos bombas molotov fueron colocadas en la madrugada del jueves 27 de febrero en el domicilio particular del dirigente Néstor Zenklusen, donde vive junto a su familia.

El atentado ocurrió pocos días después de que fuera destituido por el gobierno nacional de la presidencia de la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM), a través de una intervención solicitada por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social.
Zenklusen se encontraba en Buenos Aires y debió viajar de urgencia ante el llamado aterrorizado de su familia. Inmediatamente, se reunió con funcionarios del gobierno de Santa Fe, especialmente del Ministerio de Seguridad, con la finalidad de asegurar la integridad física y la vida de sus seres queridos.
Estas acciones reviven tiempos pasados donde las cosas se imponían por la fuerza, algunos eligieron los atentados, otros la tortura. Así no… llevamos 30 años de vida democrática.
Si bien no hubo quienes se adjudicaran la autoría del delito, la movida santafecina señala a la interna del Mutualismo nacional como los ideólogos de estas acciones repudiables por donde se las mire.
 
El enemigo a destruir
El hombre se atrevió a retobarse, cosa mal vista en estos tiempos, y no quiso acatar la orden de “Unidad” dada en aquel acto político de Tecnópolis, allá por 2012, y pegó el faltazo al mitín por considerar que se iba a violentar la vida institucional de su organización.
Esto fue recibido como “un grito de guerra” muy oportuno dentro de un esquema patológico de paranoia que siempre necesita tener un enemigo que justifique la próxima batalla. Inmediatamente, se arriaron las banderas de la unidad, y quedarse con la cabeza de Zenklusen (y de la CAM) pasó a ser la obsesión.
Tratemos de aclarar algunos puntos antes de seguir. ¿Quiénes desataron este atropello?: un organismo público como lo es el INAES y su Presidente Patricio Griffin, único responsable de haber avalado la idea maquiavélica de su hombre de máxima confianza: Orlando “Cuto” Barquín, cerebro de este mamarracho político. ¿Con qué finalidad?: dividir, debilitar, someter y canalizar fondos públicos. Todo se trata de un negocio más.

El escenario de la batalla a ganar fue el acto eleccionario en la Confederación Argentina de Mutualidades. Todas las energías se centraron en armar una lista para descabezar a su conducción y quedarse con la organización. Pero el gordo Zenklusen opuso resistencia.
Inmediatamente ocurrió lo peor: quiebres, reuniones con presencia de escribanos, impugnación de listas, solicitadas, comunicados de prensa, escraches de barricada, llamados a periodistas, etc. En resumidas cuentas, ninguna acción que pueda beneficiar en nada al Mutualismo. Muy por el contrario, al no poder hacer los goles en la cancha siguieron el partido intentando INTERVENIR la Confederación, repitiendo acciones de los tiempos más oscuros que debió padecer el sector.
Fuente: El Mutualista.com